LA MANTA ROBADA
Había una vez una familia pobre que lo único valiosa que tenían era una manta preciosa y mágica, con ella podías volar.
Un día Eustaquio, el padre de Carlos, le dio la manta mágica porque él ya no podía conservarla. Al día siguiente, Carlos fue al colegio subido en ella y cuando la estaba guardando llegó Kelvin y le dijo:
-¡Empollón! ¿Qué tienes ahí?
Carlos contestó:
-Nada. Echándose hacia la pared y acercándose a la puerta del despacho del Director.
Claro, a Kelvin le pusieron su tercer parte y le expulsaron.
Pasados unos días Carlos iba andando por la calle y Kelvin le metió la mano en la mochila y le quitó la manta mágica.
Desde ese momento la familia de Carlos se sintió fatal y decidieron ir a la comisaría a contar a los policías que les habían robado la manta.
Los policías detuvieron a Kelvin y recuperaron la manta.
La familia de Carlos llevaron la manta a un museo y les pagaron mucho dinero.
La madre de Carlos tuvo otro bebé y fue una chica llamada Paula. Carlos estaba intentando olvidar lo de la manta pero iba cada semana a visitarla para que Paula supiera las aventuras de la manta.
Andrés Díez
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